martes, 10 de noviembre de 2009

9 y 10 de Noviembre. Viaje de vuelta

Me levanto tarde y hago pereza hasta las 9 y media. Mi avión sale a las 6 y tengo poco que hacer por aquí.
Me visto y bajo a Internet para enviar los últimos mails y me voy a dar una vuelta. Como es algo tarde, no desayuno nada ya que pienso comer pronto.
La idea que tengo es ir al mercado de artesanía, pero una vez allí lo veo todo en poco rato. Sigo dando vueltas por la zona, pero como tampoco me queda mucho dinero y no tengo ganas de sacar mas no compro mucho.
Me voy a restaurante donde pruebo otra especialidad culinaria, la “picada”, un revoltijo de papas normales, papas criollas, arepas, carne de distintos tipos, todo cortadito y mezclado. Está bueno.
Vuelvo al hostal sobre la 1 con idea de vegetar un poco. En el salón están viendo una peli en ingles así que me tiro en un puff con idea de dormir la siesta. Al poco termina y ponen una peli salvadoreña con subtítulos en ingles. Tiene buena pinta así que me acomodo y me pongo a verla. La película se llama “Vidas inocentes” y narra la vida de un niño salvadoreño al comienzo de la guerra. Es muy buena e impactante, me pareció de lo mejor que he visto en mucho tiempo.
Se me hacen las 3 y pido un taxi para el aeropuerto. Facturo rápidamente y me voy a gastar los pesos en un batido de helado.
Me voy a pasar el control y me dicen que no puedo pasar ya que llevo el cafequipe, no caí en que no se podía pasar. Así que la única solución es facturar la mochila que tengo con el cafequipe y alguna cosa que no puedo acarrear (con lo bien que iba todo allí metido)
Al final no resulta tan malo, salvo por el estrés de que casi me cierran la facturación. Vuelvo al control con mi bolso a punto de reventar y una bolsa de plástico llena de cosas. Algo incomodo pero no puedo hacer nada más.
El avión sale a su hora y trascurre sin incidentes. Lo malo es que, pese a tener dos asientos para mi sola soy incapaz de acomodarme y dormir, siempre tengo problema en los aviones ya que las piernas me molestan. La tripulación está en huelga así que no hay películas con las que entretenerme en mis horas de insomnio. Así que el viaje acabo siendo algo tortuoso.
Ya en el aeropuerto de Madrid todo va muy rápido y en hora y media me planto en la estación de buses con un billete para las 12.
El trayecto Madrid-Zaragoza se me hace corto ya que duermo prácticamente todo el rato, vengan a mí los buses, fuera los aviones, jeje.
Por fin he llegado a Zaragoza, este ha sido el mejor de los viajes que he hecho en mi vida. Colombia me ha encantado.

domingo, 8 de noviembre de 2009

8 de Noviembre. Laguna de Guatavita

Hoy me toca la ultima excursión el viaje, me voy hacia Guatavita no muy segura de cómo voy a subir hacia la Laguna, ya que según la guía es difícil pero según la chica del hostal es sencillo. Al ser domingo, tengo bastante esperanza de encontrar algo que me suba.
Me voy de nuevo hacia el Portal Norte. Como es domingo la numeración de los buses cambia y tengo que hacer transbordo. No entiendo muy bien el porqué de ese cambio.
Una vez allí cojo rápidamente el bus que sale hasta Guatavita (6.500p) que llega sin más complicaciones sobre las 11 de la mañana.
Una vez allí pregunto que transporte tengo que coger para subir a la laguna. El conductor me dice que busque unas furgonetas-buses de color blanco y verde. Me voy hacia la plaza y por el camino me encuentro a una. Me dice que el no va a la Laguna, que el colectivo que sube se acaba de ir y que el siguiente no sale hasta dentro de dos horas, pero que no me preocupe. Se pone a llamar por teléfono y me dice que suba, que me alcanza hasta el colectivo en cuestión. Resulta que les ha llamado para que me esperen. Cuando le pregunto que cuanto le debo por el favor me dice que nada, y es que aquí la gente es sumamente amable, me encantan. Tarifa subida, bajada y espera por 10.000p
Nos suben a la Laguna y pagamos la entrada (13.000p) ya que se trata de un Parque natural lo que obliga además a ir con guía.
Una vez allí empieza la visita que resulta altamente interesante ya que el chico que nos lleva nos cuenta un montón de cosas de la flora, fauna, geografía de la región… Pero lo mas interesante de todo es la explicación de cómo era el nombramiento del cacique Guatavita.



Nos cuenta que en la época precolonial, vivan aquí los indios chibchas, el cacique (el jefe de la región) era el que gobernaba dicho pueblo. Su sucesor era el primogénito de su hermana, es decir su sobrino. Nunca se nombraba sucesor a un hijo del cacique.
Ese futuro sucesor se criaba con su madre los 6 primeros años de vida, esta le enseñaba las artes de la cocina, labores del hogar, agricultura…. Al cabo de ese tiempo pasaba al padre que le enseñaba a cazar a tejer… Cuando el chico tenia 13 años pasaba a manos del sumo sacerdote que lo llevaba a una cueva conde le adoctrinaba en temas espirituales. El chico estaba encerrado en una cueva sin salir ni ver la luz del sol (solo podía salir durante las noches de luna nueva) durante trece años mas. Tampoco podía comer sal ni azúcar ni productos picantes (un infierno, ya vez).



Cuando cumplía los 26 años lo sacaban de noche y lo llevaban a una choza cubierta donde era tentado por varias hermosas mujeres que no lo podían tocar (solo le soplaban). Si no era tentado después de dos días y tres noches era conducido de noche a la Laguna. Allí lo embadurnaban de miel y oro y era conducido al centro del lago en una balsa. Al salir el sol, se sumergía en las aguas donde se quitaba todo el oro de la piel y salía limpio. Una vez en la orilla era recibido por su tío. Mas tarde seria nombrado cacique en la laguna de Suesca. En este acto la gente depositaba sus ofrendas de oro en las orillas del lago. No se si la historia es cierta o mas bien una leyenda pero es bonita.



Cuando vinieron los españoles, cegados con la leyenda del Dorado creyeron que el oro estaba aquí, por ello fueron vaciando poco a poco el lago. El método era bastante curioso. La Laguna se encuentra en el interior de un cono así que hicieron un boquete en un lateral para que desaguara por allí. Fueron encontrados un montón de objetos de oro, artesanía y esmeraldas en las laderas. Solo dejo de hacerse debido a la ruina personal del propio colonizador. Una de las piezas mas interesantes que se encontró, es la famosa balsa Muisca que se encuentra en el Museo del Oro de Bogotá (de lo poco que se quedaron), una maravillosa pieza de orfebrería hecha de oro
Se desconocen muchas cosas de la Laguna, su origen es una de ellas, parece un cono volcánico, pero no es un volcán. Piensan que puede ser el impacto de un meteorito aunque no hay evidencias del mismo
Otra de las dudas es su profundidad. Distintas mediciones le dan una profundidad actual de 25m (si no la hubieran desaguado seria mucho más), pero una vez fueron los científicos de Jacques Cousteau y le dieron una profundidad mayor, probablemente debido a la presencia de corrientes subacuaticas.
La Laguna es muy rica en unas algas que hacen que cambie de color conforme a la temperatura, generalmente esta azul pero tuvimos la suerte de verla verde que se supone que solo está unos días al año. La existencia de esas algas, provoca que las aguas sean pobres en oxígeno, lo que limita la vida animal. Hay un pez que la habita que esta perfectamente adaptado. Una especie de pato vive también y se alimenta del mismo. Dicho pato era migratorio pero se quedo sedentario debido a la gran cantidad de alimento de la zona.
Realmente es un paraje hermoso, la laguna se ve muy bonita y la historia es atractiva y está muy bien contada. Es muy interesante.




Una ves terminamos bajamos hacia la parte trasera donde nos espera una buseta que nos lleva a la entrada del parque. Por el camino cumplo las ganas de comerme una mazorca de maíz con la que soñaba desde que llegué aquí.
Llegamos a Guatavita sobre las dos y media y me voy a comer. El restaurante es muy idílico, una mesita en mitad de la hierba y como muy bien (pollo a la brasa con papas criollas) por poco dinero. Me doy un paseo por el pueblo, visito el museo indígena (1.000p) y cojo el primer bus a Bogota.



Una vez allí, llega el suplicio de buscar la línea que me lleva a mi parada, ya que al ser domingo, no coincide con la del día anterior. Parece ser que al final me aclaro y encuentro mi línea. Para confirmar le pregunto a una moza que me dice que no lo sabe ya que ella baja antes. Sigo preguntando sin encontrar respuesta. De pronto de tocan en el hombro, era la chica ala que había preguntado por primera vez que me confirma que ese es mi bus. ¡¡¡La chica se salió de la fila para ir al mapa para mirar donde estaba mi parada!!! Alucino con la amabilidad de la gente de aquí.
Me voy hacia el centro a mi hostal. Como es domingo, los supermercados están cerrados. Intento buscar alguno pero no lo encuentro.
Vuelvo al hostal, me hago la maleta, bajo a Internet y me voy a cenar. Entre una cosa y otra son casi las 9 y muchos restaurantes están cerrados o están a punto de hacerlo. Al final me voy a una pizzería donde solo les quedan pizzas.
Vuelvo al hostal donde me quedo leyendo hasta más de las doce, quiero terminar el libro ya que mañana me voy. Ayer termine el de Harry Potter y cogí el otro que quedaba en español, “Ensayo sobre la ceguera” de Saramago. No está mal, pero no me apasiona.

sábado, 7 de noviembre de 2009

7 de Noviembre. Zipaquirá

Hoy toca la excursión a Zipaquirá y su Catedral de Sal. Así que nada mas levantarme me voy a desayunar y a coger el Transmilenio que me lleve al Portal Norte. Me hacia ilusión probar este cómodo medio de transporte.
Podríamos explicar el Transmilenio como una fusión de bus y metro, aunque en mi opinión se parece mas al bus urbano. La única salvedad es que el Transmilenio tiene unos carriles exclusivos y separados del resto del tráfico y unas estaciones que funcionan como el metro, con sus taquillas, sus tornos… Es posible además hacer transbordos ilimitados siempre que no salgas de las estaciones. Al principio es algo confuso ya que los buses de ida y vuelta tienen diferente numeración y los domingos cambian completamente rutas y numeraciones (ver resumen para las lineas). Pero bueno, cuando te acostumbras es sencillo.
El trayecto hasta el Portal del Norte, ubicado en la parte norte de la ciudad es de casi una hora, contando que solo para en los semáforos y en las paradas ya que tiene prioridad de paso da idea del tamaño de la ciudad.
Una vez en el portal Norte buscar el bus destino Zipaquira es muy sencillo, solo hay que buscar un bus donde ponga “Zipa” (3.400p).
El camino hasta Zipa es bastante cómodo y tiene buena carretera excepto un tramo infernal que corresponde a un pueblo y que tiene más baches que pavimento.
El pueblo parece muy agradable y tranquilo. La temperatura también es muy agradable.
Me dirijo directamente a la Catedral de Sal donde compro el tiquete completo para ver la Catedral (22.000p), el Museo Minero, el cine 3D y el Museo de la Salmuera. Así tendré todo el día ocupado.
Empiezo la visita con la Catedral de Sal. Nos lleva una chica-guía que nos va explicando todo. La visita es muy agradable y productiva. El sitio resulta muy atractivo ya que está iluminado con luces azules y moradas que dan un aspecto muy exótico al lugar. Antes de llegar a la Catedral te vas encontrando con las estaciones del Vía Crucis y una cúpula excavada directamente en la roca. Cada una de las estaciones representa los distintos momentos de la Pasión de Cristo. Según nos cuenta la guía, todos los elementos están excavados directamente en sal de roca y por ello no puede haber representaciones humanas, así que cada estación se representa de forma abstracta.



Después de todas ellas nos encontramos con la catedral que consta de tres naves también excavada en roca íntegramente en roca. Es bastante impresionante



Antes de llegar también podemos ver el Nartex (entrada laberíntica a la catedral) y el coro.



Nos cuentan que esta montaña es en realidad un domo lo que quiere decir en pocas palabras que es toda ella una roca de sal. Hace millones de años este lugar era un mar que cuando se secó dio lugar a un enorme salar. Debido a movimientos tectónicos este acabo formando parte del interior de la montaña.
Después de una hora larga nos llevan al cine 3D donde nos echan una peli de 15 minutos sobre el origen de la sal. De cómo empezó siendo extraída y usada por los indios Muiscas que hervían la salmuera hasta hacer tortas de sal (Guasa) que luego cambiaban por distintos productos. Mas tarde, con el descubrimiento de la minería, la mina empezó a hacerse mas y mas grande, de momento llevaban excavados tres niveles (y creo que dijeron que había producción para unos 400 años), los dos primeros son los que ya no son productivos que es donde se ubica la Catedral,el Via Crucis y las distintas actividades y un tercer nivel que es el que actualmente es productivo, solo se trabaja de noche para evitar accidentes con los turistas



La siguiente actividad después de ver el Espejo de Agua (lago subterráneo de una quietud tal que refleja todas las rocas circundantes), es el Museo minero, que es mas bien un paseo por la galerías en desuso de la mina. Es una actividad curiosa ya que vas con el casco-linterna, hay momentos por los que vas por galerías en plena oscuridad para “ver” lo que se ve sin linternas. Ves los anticlinales y sinclinales de las paredes, te hacen una representación de una explosión, te dejan picar una pared…



Así que después de casi tres horas salgo de nuevo al exterior. Antes de entrar en el Museo de la Salmuera me permito el “lujo” de subirme una pared en el rocodromo, ya que es muy barato (5.000p) y quiero probar.



No se me da demasiado mal para ser la primera vez, ya que consigo llegar a la parte inclinada y ya lo dejo por imposible ya que me tiemblan los brazos por el esfuerzo
Para terminar me paso por el Museo de la Salmuera, este museo, con nombre poco evocador, no resulta de lo mejor pero es interesante. Te explican los procesos de obtención de la salmuera (agua salada) a partir de la roca de sal que es lo que se extrae de la mina. Parece ser que ahora estaban en proceso de innovación de la extracción de la misma ya que en lugar de extraer mediante explosiones la roca de sal, inyectan agua a presión directamente en la roca y así obtienen la salmuera que envían directamente a la planta procesadora.
Después de ello me voy a dar una vuelta por el pueblo y a comer otra bandeja tremenda que casi no me puedo terminar.




A las 4 me voy a la estación a coger el bus para Bogotá. Allí Transmilenio de vuelta, supermercado para comprar la cena y al hostal. Allí ratito de Internet, cena y a la habitación donde estoy leyendo hasta que me entra el sueño.

viernes, 6 de noviembre de 2009

6 de Noviembre. Vuelta a Bogotá

Hoy me levanto como siempre aunque no tengo ninguna prisa. Me voy a desayunar a una pastelería francesa a la que había echado el ojo el día anterior, me tomo un pastel de coco y chocolate bastante rico y un chocolate. Tampoco es nada del otro mundo pero está bien.
La idea que tenia era pasar la mañana viendo tiendas, pero están cerradas así que, como tampoco tengo un especial interés en la artesanía local (y ya me arruiné en Raquira), vuelvo al hotel a hacer la maleta y hacia la estación de buses.
Como no quiero llegar pronto a Bogotá, aprovecho el transbordo en Tunja para ver la ciudad.



La ciudad no tiene mucho de interés pero si un museo decente, la casa del Escribano Don Juan de Vargas (2.000p). Una antigua casa colonial con objetos antiguos y originales techos decorados con una mezcla de simbología cristiana y mitológica.



En poco más de una hora doy por vista la ciudad y me vuelvo a la estación donde cojo el primer bus para Bogota (27.000p).
El trayecto de poco más de tres horas se me hace corto ya que, para no variar duermo durante casi todo el trayecto.
Al llegar a Bogota el bus hace una parada en una calle que según mi mapa queda más cerca del hostal que la Terminal, así que bajo y cojo un taxi que me lleve al hostal. El taxista también resulta bastante agradable y hablador.
Ya en el hostal, decido cambiar mi habitación individual por una cama en la comunal ya que esta ultima tiene un cajón en donde puedo dejar mis cosas (que era mi mayor problema con las comunales). Así ahorro bastante dinero. Espero que los compañeros se porten bien.
Como es bastante tarde y tengo hambre me meto en el primer restaurante que veo abierto, un israelí donde como de maravilla. Sobre todo esa naranjada con hierbabuena, umm que placer
Me voy al Museo Botero (gratuito) que está bastante bien para pasar el rato y a la Casa de la Moneda donde no me dejan entrar porque hay código amarillo ya que según me cuenta hay una manifestación dos calles mas abajo. Colombia con la seguridad es una barbaridad.
Como aun me queda rato y no tengo nada que hacer me voy a la biblioteca a cotillear. Lo malo es que no tiene libros visibles, todos hay que pedirlos, y además no hay novelas. Me voy entonces a una librería para ver si compro un libro. Ya me he terminado todos los que llevaba y me he quedado sin entretenimiento nocturno. Me llama la atención el elevado precio de los mismos, ya que en el mejor de los casos tiene el mismo precio que en España.
Aun así me compro un libro y me voy al supermercado para ver si compro algo de cena. Como aun ando algo empachada del israelí, me compro solo una sopa de sobre y un yogur
Vuelvo al hostal, utilizo un poco Internet y me preparo la sopa, que me sabe deliciosa
Antes de subir al cuarto, me paso por la biblioteca del hostal, donde con sorpresa descubro un libro en español, es uno de los de Harry Potter y pese a que había dicho que no los leería nunca me lo cojo para entretenerme en mi estancia en Bogotá.
Mientras estoy en la habitación me empieza a hablar un noruego muy agradable que me invita a ir con ellos en un bus que, según el, nos lleva de excursión tranquila, es decir, te lleva a un mirador a beber y luego a una discoteca a seguir bebiendo. En definitiva mi plan “ideal”, sobre todo después de un mes de viaje.
Declino agradecida su invitación y sigo leyendo hasta las 10. Tengo suerte, pese a que llegan a las 4 de la “tranquila excursión” no me molestan para nada.

jueves, 5 de noviembre de 2009

5 de Noviembre. Alrededores de Villa de Leyva

Las cosas que hay que ver por los alrededores están bastante cerca las unas de las otras, te ofrecen varias opciones (aparte de la excursión en moto antes mencionada), como la posibilidad de ir caminado o en moto.
Yo ya, estoy aburguesada. Así que me permito el lujo de alquilarme un taxi que me lleva a todos los sitios, después de regatear durante un ratillo (55.000p).
Empezamos por lo que llaman el Fósil (entrada 3.000p), que es un museo Paleontológico con un fósil gigante de un ictiosaurio. Resulta bastante interesante.



Hace un día precioso, el cielo azul y un sol radiante pero algo fresquito, como primaveral. El paisaje me recuerda un poco a mi pueblo.



Luego me lleva al Infiernito (4.000p), lo que llaman el Stonehenge colombiano, es un centro de interpretación astronómica de los indios muisca. El taxista entra conmigo y me explica cosas del lugar. Un tío muy majo este (igualito al motero, uff).



La siguiente parada es el Monasterio del Ecce Homo(3.000p), que también me gusta bastante, tiene un claustro bien cuidado y un museo variado.




Por ultimo me lleva al criadero de avestruces (7.500p). Tengo que espera un rato a que venga la guía ya que se ha ido a hacer unos mandados. Al llegar me hace la visita oficial a mi sola (no he visto a un solo turista en todo el día). Resulta bastante maja aunque me desilusiona un poco no poder acceder a las incubadoras ni a ver pollos. Por el contrario de dejan dar de comer a Lala, una avestruz muy sociable y acariciar a distintas avestruces que acuden a mi, mas majas.



Con esto termina la excursión matutina así que ya nos volvemos para Villa de Leyva.
Allí me voy caminando hasta el museo Paleontológico pero me lo encuentro cerrado así que me vuelvo al pueblo para comer.
Después de comer, me voy a pasear por el pueblo por última vez, hasta que se hace la hora de Internet y la hora de cenar (una founde con la que casi reviento). Se pone a llover así que pospongo el tiendeo hasta el día siguiente y me voy al hostal donde paso el resto de la tarde leyendo.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

4 de Noviembre.Ráquira y Convento de la Candelaria

Me despierto temprano ya que desde las 6 de la mañana entra la luz del sol por la ventana. Así que me voy directa a la estación de buses para coger un bus para Raquira (5.000p).
El pueblo está relativamente cerca así que en una hora me planto allí. Desayuno en el único restaurante abierto a esas horas, unos huevos tibios (pasados por agua), un jugo de fresa y un chocolate por solo 1 €, me encanta esta país.
Con las pilas recargadas me encamino hacia la Candelaria, convento que se encuentra cerca de Raquira.
Según me dicen no hay bus que llegue allí, la única manera es seguir la carretera caminando. Me pongo a caminar, con la esperanza de que son solo 4 km (lo que ponía en la guía), pero no, al final son 9. No es que sea muy cansado ya que tiene pendientes suaves pero si algo pesado. Hora y media después llego al Convento. Allí no se ve nadie, doy vueltas buscando a alguien que me abra la puerta, solo pienso: si después de la caminata no puedo entrar, me da algo.



Por suerte me encuentro a dos chicas que me dicen donde tengo que llamar. Al llamar sale la guía con un grupo de colombianos que me dicen: ¡anda si eras la chica que caminaba sola por la carretera!, íbamos a parar a recogerte pero al final no lo hicimos porque íbamos a tope… Fue uno de los dos únicos coches con los que me crucé.
Pago la entrada (3.000p con visita guiada), me uno a ellos y vamos a ver la cueva del ermitaño. La guía me dice que hay una manera mas corta de llegar a Raquira, un camino de 4 km o sino esperar al bus que llega de Bogotá y que para en Raquira. Me dice que el siguiente pasará a las 1:30 (y son las 11:30).



Yo ya había asumido que me tocaría esperar al bus ya que no me veía con ganas de caminar mas, cuando uno de los del grupo me comenta que su hermana viene en otro coche y que si me espero es posible que me pueda bajar a Raquira.
Al poco viene otro coche con su hermana que también quiere hacer la ruta. Nos hacen la visita a todo el grupo, la familia de este hombre (que se une de nuevo a la visita) y yo.
Pese a que al final no hay cupo en su coche, me hacen un huequito y me bajan hasta Raquira. No saben que favor me hicieron.
Ya en Raquira aprovecho para dar una vuelta por el pueblo y comprar artesanía antes e ir a comer (churrasco por cierto).





Rachira es un pueblo muy bonito, no es que sea “costumbrista”, pero tiene todas las casas pintadas de mil colores, con los zócalos también decorados, al estilo de Guatapé. Es famoso mas que nada porque concentra el mayor porcentaje de tiendas de artesanía por metro cuadrado y además a buen precio.





Mientras estoy comiendo empieza a llover así que espero a que escampe un poco para terminar de ver el pueblo y me cojo el bus de las 4 para Villa de Leyva.
Ya allí, como estoy muerta de cansancio, hago mas bien poco, Internet y cena de una sopa típica tan contundente que no me la puedo terminar.
Vuelvo al hostal para descansar. Ya he decidido que no iré a la excursión con la moto ni subiré al Santuario de Iguaque, el primero por precaución y el segundo por una mezcla de pereza y precaución. No me veo subiendo de 3.000 a 3.500m por libre en una caminata de 4 horas con el tiempo justo. Si hubiera habido excursión organizada con toda posibilidad lo hubiera hecho pero por libre, ni loca. Por suerte no me he encontrado de nuevo al pesado de la moto, así que no tengo que inventar excusas.

martes, 3 de noviembre de 2009

3 de Noviembre. De camino a Villa de Leyva

El día amanece nublado y medio lluvioso. Se supone que tenía que ir al PN Chicamocha (PANACHI) para hacer parapente (100.000p) así que decido retrasar un poco la salida por si mejora. No lo hace, pero aun así decido ir por si las moscas (siempre puede despejarse por allí arriba).
Después de desayunar me voy hacia la estación donde me comunican que PANACHI está cerrado. Le digo que como puede ser, que cierran los lunes no los martes. Me dicen que si el lunes es festivo pasan el cierre al martes. Así que mi gozo en un pozo, me quedo también sin parapente.
Como tengo poco que hacer por aquí, decido irme esa misma mañana hacia Villa de Leyva.
Vuelvo al hostal donde me hago la maleta y me voy hacia la Terminal donde cojo un bus a Tunja (25.000p) en pocos minutos. Que gusto contar con buses con una frecuencia tan elevada que impiden que esperes durante mucho tiempo en las estaciones.
El bus, huele un poco mal, ya que parece ser que alguien ha vomitado por detrás. Aun así el trayecto de 4h no se hace del todo largo. Como no hay buses directos a Villa de Leyva, una vez en Tunja tengo que coger otro bus que me lleve a Villa de Leyva (5.500p).
Una vez allí me pongo a buscar un alojamiento que se adapte a mis posibilidades. Al final, viendo que todo tiene pinta de carillo, acabo en uno que me habían recomendado en Santa Marta. Es un hostal sencillito, con solo tres dormitorios de tres camas cada uno. Se supone que es a compartir, pero al ser temporada baja, dudo que tenga que hacerlo. La chica que lo lleva, y que vive allí, me cae bien. Me recomienda a un amigo suyo para que haga las excursiones. El lugar se llama Hostal Sinduly y sale por 15.000p.
Me voy a buscar la agencia del amigo y no la encuentro así que entro en otra en donde me dicen que en esta época no hay excursiones ya que no hay apenas turistas. Me explica como hacerlo por libre.





Paso el resto de la tarde paseando por el pueblo, que resulta también muy bonito (aunque no tanto como Barichara).







En la plaza mayor están rodando una telenovela así que me siento entretenida a ver como la ruedan hasta que se hace de noche.


Me voy a cenar y de vuelta al hostal.

Allí me encuentro con el amigo de la chica, se ofrece a llevarme en moto por los sitios más turísticos de la zona. Le digo que no, que me dan miedo las motos. La verdad es que no me veía con un desconocido (que además tenia pinta de ser algo chulito) por mitad del desierto. Después de la excursión con la casa-carro ya no tenia ganas de “aventuras”.
Aun así, como es muy amigo de la moza, empezamos a hablar los tres y estamos de cháchara en la cocina un buen rato. El tío es algo pesadillo pero en el fondo agradable.
Al final, para poder quitármelo de encima, le digo que me deje su teléfono y que si me animo le llamaré (aunque lo dudo).
Me voy a mi habitación donde leo un rato y pronto me voy a dormir.

lunes, 2 de noviembre de 2009

2 de Noviembre. Barichara

Como, por fin, la habitación está oscura, me despierto algo más tarde de lo habitual, a las 7:30. Me preparo y me voy para Barichara.
El trayecto en bus es bastante agradable y no muy largo (3.500p).
Para aprovechar que todavía hace algo de fresco, decido ir primero a Guane, aldea situada a 9 km de Barichara. Aunque se puede hacer un bus, prefiero hacer el que llaman, “Camino Real” un antiguo sendero indígena que une los dos pueblos.




El camino resulta bastante cómodo, ya que prácticamente todo es cuesta abajo. Lo malo es que después de un rato empieza a resultar monótono. Hora y media después llego a Guane.


Preciosa y tranquila aldea colonial. Es una aldea encantadora y muy bien cuidada. Doy un paseo por sus calles y por la plaza y me tomo un jugo para refrescarme y recuperar fuerzas




La vuelta hacia Barichara la hago en bus (1.500p).
Ya en Barichara paso un rato callejeando. Se dice que es el pueblo mas lindo de Colombia, y es totalmente cierto. Limpio, bien cuidado…una verdadera maravilla.




Me sorprende que, al contrario de lo que pensaba, Colombia está bastante bien cuidada. Los pueblos turísticos están en un buen estado de conservación. Los pueblos y ciudades en general están cuidados y limpios, sin apenas basura por las calles. La gente es, en general, amable y educada. Y el hecho de que prohíban fumar en todos los sitios públicos… hace que me parezca un país maravilloso y agradable.




Me voy a comer, y como, no podía ser de otra manera, pruebo el plato típico del lugar. Las hormigas culonas, supuestamente una delicatessen. Pese a que no están malas, ni resultan desagradables, el sabor resulta algo insulso. Solo saben a tostado, nada del otro mundo. Me quedo con otras delicias colombianas.



El resto de la tarde la paso paseando por este precioso pueblo, sus callejuelas, sus iglesias, su mirador y su cementerio.



Resulta cansadillo ya que todo está en cuesta, y menudas cuestas, por Dios.
A las 4, después de tomar otro refrescante jugo de sandia (que placer supremo) vuelvo a San Gil donde paso el resto de la tarde tranquilita, internet, lectura y cena en una hamburguesería cercana.