miércoles, 14 de octubre de 2009

14 de Octubre. Ruta en taxi por los pueblos cafeteros

Para este día habíamos contratado un taxi que nos iba a llevar a hacer un tour por los pueblos del Eje Cafetero. La verdad es que da gusto ir más gente ya, que aparte de ser algo menos aburrido, te ahorras bastante dinerillo, pues contratar un taxi es más cómodo que ir en bus. Si vas solo coges buses ya que un taxi solo para uno sale carillo. Pero claro, al ir 4 merece mucho la pena. El taxi que nos llevo por toda la zona nos costó 250.000p y estuvo con nosotras más de 12 horas.
La primera parada es para desayunar en una cafetería de Armenia que nos recomienda el taxista, sin duda donde mejor comí en todo el Eje, unos huevos pericos (revueltos con tomate y cebolla) y un zumo de guayaba. El resto también hace un desayuno contundente típico colombiano.
Nos vamos al Mariposario pero nos dicen que como llueve mucho no hay mariposas y no merece la pena que entremos, así que nos vamos al Museo de la Guadua en Córdoba.
Y resulta, que este museo, que yo lo tenia como “descartable”, resulto ser la mejor visita del día (y casi del viaje). El chico que hacia la visita fue muy agradable, nos enseño las cosas que se podían hacer con la Guadua, el cultivo, y hasta las casas que se hacían con la misma. Tenía mucha idea del tema y cualquier cosa que le preguntábamos sabia contestar. La lluvia parece ser que disminuyó un poco en intensidad y pudimos visitar la parte “exterior” así que mereció mucho la pena. Entrada 5.000p.





Luego nos fuimos hacia el pueblo de Córdoba, poco interesante la verdad y lleno de militares.
Según nos contó el taxista los pueblos del sur (Pijao y Buenavista) tenían problemas con las FARC (aunque el del museo nos dijo que ya no). No se le veía con muchas ganas de ir para allá, así que aprovechó la lluvia torrencial para decirnos que era peligroso ir por los desprendimientos. Así que como era tarde, aun nos quedaban muchos pueblos por ver y tampoco queríamos arriesgar, decidimos cambiar la ruta e irnos hacia otra zona. El taxista nos comentó las diferencias entre un militar y un miembro de las FARC, nos dijo que la diferencia estaba en las botas (aparte de otras cosas, claro), los militares llevaban botas militares y los guerrilleros botas de agua. No se si iba en serio o no, pero desde ese día íbamos diciendo, “botas militares buenaaaas”



Como la visita al Museo fue bastante larga, se nos hizo la hora de comer, así que nos fuimos a Pueblo Tapao donde nos habían dicho que había unas vistas estupendas y un buen restaurante para comer.



Por el camino, el taxista nos invitó a distintas curiosidades gastronómicas del lugar, algunas asquerosas como la forcha (maíz fermentado) o el chontaduro (fruto afrodisíaco según nos dijo el taxista de sabor a madera). Por suerte no todo fue tan malo. También nos invitó a tortas de chococlo, unas tortas de maíz fritas que estaban de vicio.
También paramos en la aldea de Barcelona (igualita a la original, jeje) a comprarme un paraguas ya que yo había olvidado el mío en España y llovía sin parar y en el Parque del Café (en Montenegro) por fuera para ver una estructura de Guadua (si quieres entrar es un parque temático del café)

Por suerte, poco a poco, va escampando, y cuando llegamos al pueblo ya está de nuevo el sol.
Invitamos al taxista a comer con nosotras (nos daba pena dejarlo allí plantado) y nos pusimos las botas con un rico chuletón por poco mas de 5 €. ¡Que felicidad la comida en Colombia!
Vamos de nuevo al Mariposario (entrada: 15.000p) ya que ha parado de llover.







La visita me decepciona un poco ya que pese a ver mariposas tampoco se ven tantas como hubiera querido (como el de Costa Rica ninguno). Luego, la guía nos lleva al robotario de insectos (originales robots gigantes de insectos donde te explican un poco de cada bicho) y a pasear por el botánico. Se ve que la moza tiene prisa ya que explica un poco de corrido y quiere acortar al máximo la excursión. Pese a eso le damos la “propina voluntaria” a la chica, compramos unas cosillas y nos vamos hacia Montenegro, Circasia y Armenia unos pueblos que resultaron bastante majos.



Son las 7 cuando llegamos a Salento. Ha estado bien la excursión pese a la lluvia. Volvemos a nuestra pastelería a cenar y luego al hotel a dormir.

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