viernes, 16 de octubre de 2009

16 de Octubre. Termales de Santa Rosa

Nos levantamos temprano ya que queremos coger el bus a las 7 hacia Pereira. Sin desayunar ni nada (salvo alguna barrita de muesli que otra) y una vez hechas las maletas nos vamos a coger el bus.
El trayecto hacia Pereira es bastante bueno, corto y la carretera bastante decente.
En Pereira, transbordo a Santa Rosa del Cabal que es nuestro siguiente destino.
Este trayecto (1.800p) también es cortito, aunque el bus es un poco incomodo y la carretera un poco mas malilla. Llegamos a Santa Rosa a las 10. -).
Nada mas llegar vamos al hostal que teníamos reservado y nos alojamos allí (bueno, la reserva brillaba por su ausencia pero tenían habitaciones libres). La verdad, es que el sitio era un poco… raro.
¿Por qué raro? Muchas cosas lo demuestran: el tío que lo llevaba, según Estela, se parecía a Norman Bates(a mi el hombre me parecía solo un poco justito, pero amable), el hecho de que estuviera totalmente vacío no daba muy buen rollo, el cuadro de enfrente de nuestra habitación parecía que nos mirara y el olorcillo a fritanga y gasolina del dormitorio (ummmm)… Estas decían que les daba miedo, yo la verdad es que no sentía nada de nada, excepto el olor a fritanga que invadía toda la habitación. En fin, que aun así nos quedamos por no ponernos a buscar otra cosa y porque pese al “miedo” el sitio no parecía muy sucio y solo íbamos a dormir una noche.
Preguntamos cual era la mejor opción para ir a los Termales, y decidimos ir mejor en taxi, ya que salía mucho más a cuenta ya que te llevaba directo y te iba a buscar a la hora que le dijeras. Ida y vuelta sale por 40.000 p
Los Termales de Santa Rosa (25.000p) son preciosos, todo verde, rodeado de montañas, con un río y una cascada increíble. Empezamos con un baño en las piscinas de agua caliente, como esta súper caliente, nos cansamos pronto y vamos a la cascada de agua fría…
Para terminar, y como el colmo de “lujos” nos damos un masaje relajante por todo el cuerpo. Una hora por 30.000p
Se hacen las seis, hora en la que habíamos quedado con el taxista, así que sin duchar ni nada (no hay duchas de agua caliente) nos volvemos al hostal.
Nos vamos a cenar algo, un pedazo de hamburguesa gigante. Volvemos al hostal, y como estas siguen con que el hostal le da mal rollo, “atrancamos” la puerta con las mochilas y nos acostamos. Yo me quedo dormida al instante ya que estoy un poco empachada.

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