jueves, 29 de octubre de 2009

29 de Octubre. PN Tayrona

Hoy toca también día largo y ocupado. Hemos quedado de nuevo con Elena para que nos lleve al parque. Eso si, sin casa-carro, sino con el coche al que llama “el blanquito” y así poder restar del importe lo que aun nos debe. Para llegar alli hay varias opciones, en bus o en taxi (15.000 p/persona)
Una hora después de salir de Taganga, llegamos al PN Tayrona (entrada 31.000p) y nos ponemos a caminar. Me doy cuenta de que se me ha olvidado el repelente (y eso que lo había racionado para que llegase hasta aquí) así que nos toca sufrir el ataque de los mosquitos (por suerte no fue demasiado horrible).



El parque es bastante cómodo de hacer, la mayor parte del recorrido es un camino bastante decente y no demasiado empinado. De vez en cuando hay playas que resultan interesantes. La primera, Arrecifes, no es apta para el baño debido a las corrientes submarinas. Reza el cartel que ha habido mas de 200 muertos en esta playa.
Mas adelante encontramos la Piscina, apta para el snorkel, que no pudimos practicar debido al mal tiempo y el mal estado de la mar. Aunque un bañito si que cayó.
Por ultimo, después de unas tres horas, llegamos a Cabo San Juan, donde se encuentra el camping y una buena playa, también en mal estado por el viento. Así que definitivamente, me quedo sin snorkel en Colombia. De todas maneras, el paseo y las vistas son muy agradables.



En el Cabo hacemos el descanso para comer en el restaurante y luego algo de playa. Como amenaza lluvia y tenemos pocas ganas de volver a hacer el mismo camino de vuelta, decidimos contratar un bote que nos lleve de vuelta a Taganga. Lo malo, es que sale en poco rato y no podemos disfrutar mucho de la playa. Sale por unos 30.000 p por persona.



El bote sale mas o menos puntual, al principio se mueve muchísimo (solo hay que ver las enormes olas). Luego coge velocidad y se nota menos aunque es como ir en el Dragon Khan. Me lo paso genial en el trayecto (Estela no puede decir lo mismo, jeje)
Desde el mar, la vista de la costa es impresionante. La Sierra Nevada de Santa Marta acaba directamente en el mar lo que da lugar a abruptos acantilados.



Por desgracia se pone a llover, y pese a que no es muy intenso, desmerece las vistas y las playas apenas se ven. En una de ellas, paramos a buscar a un turista y puedo ver el fondo de lo cristalina que es el agua, que maravilla. Que lástima que no podamos parar más rato.
En solo una hora, y completamente empapadas llegamos a Taganga, donde pasamos el resto de la tarde vegetando.
Por la noche nos vamos a cenar a un restaurante para tomar unos creps, muy ricos aunque algo caros. Aun así merece la pena. Y el postre ni te cuento.

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