domingo, 9 de mayo de 2010

Día 9: De vuelta a casa

El avión salía bastante temprano así que nos tocó madrugar para ir a coger el shuttle.
Aun así, el restaurante del hotel estaba abierto, asi que no perdimos el desayuno tan rico que estaba incluido en el hotel. Había una niebla intensa por toda la ciudad así que, pesimista de mi, decía: ya veras si han abierto el aeropuerto de Zaragoza ahora solo falta que nos quedemos aquí por niebla.
La situación en Charleroi no era mucho mejor que en Bruselas, pero todo se arreglo cuando vi en el panel que nuestro vuelo salía en hora.
Lo mejor de todo fue cuando nos tocó pasar los controles del aeropuerto y a una de nosotras le interceptaron un queso blando, supuestamente prohibido para subir al avión. El resto tuvimos suerte y no fuimos descubiertas. La pobre llevaba un mosqueo que no veas, más por el manoseo que había sufrido el resto de sus quesos, que por la retirada del blando. Así que ya sabéis “queso blando” tipo brie no se puede subir al avión ya que entra dentro de la categoría “gel” (al igual que el cafequipe colombiano que tuve que facturar aparte si quería conservarlo)
El cielo poco a poco se fue despejando y la niebla desapareció. Aun así el avión se retrasó algo más de una hora en despegar.


Pese a eso, el vuelo fue bien y llegamos a Zaragoza sanos y salvos. El “innombrable” no nos había fastidiado las vacaciones.

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