lunes, 13 de septiembre de 2010

LUNES 13 SEPTIEMBRE. Primeras pegas con la búsqueda del coche de alquiler.

Nos levantamos temprano con idea de ser las primeras en la puerta de la agencia a la hora de su apertura. Pese a que estábamos allí a primera hora y aunque esperamos un buen rato nadie apareció. Cansadas de esperar nos volvimos al hotel con esperanza de conseguir un coche con otra agencia. No os voy a aburrir con toda la historia, pero por este lado también fue imposible. O no había disponibles o eran supercaros. Ni que decir que te cobraban 80 € por no dejarlo en el sitio en el que lo recogías.
Probamos suerte en una agencia y los resultados fueron parecidos. El chico ya nos recomendó hacer el camino en bus para aprovechar mas el tiempo.
Nos decidimos a cambiar un poco la ruta y nos fuimos a la estación (esta vez en taxi, jeje).
Pese a que el chico de la agencia nos había dicho que el bus que salía a las dos y media destino Piatra Neamt (la que consideramos mejor ciudad para visitar el lago Rojo), resultó que lo hacia a las 3 y media. Así que nos tocó esperar bastante tiempo en la estación. También nos había dicho que eran unas 4 horas de viaje y resultaron ser 5 y media. En fiiin

Por suerte y pese a que el viaje fue bastante mas largo de lo esperado, nos consoló que la carretera era bastante decente. Mucho más de lo que nos habían dicho
Al ser el primer viaje por carreteras rumanas, todo nos parecía muy interesante, los paisajes, las casas típicas (nada pobres por cierto), los carros tirados por caballos (de esos si había cantidad) y sobre todo esa vaca que casi atropellamos y que nos dirigió una mirada bovina de soslayo con la que casi nos morimos de la risa. Que bicho más gracioso por Dios…

Al final del viaje ya empezamos a aburrirnos, primero porque nos empezamos a cansar de las mismas vistas, luego porque anocheció y no se veía nada y por último porque parecía que eso no terminaba nunca y teníamos miedo de llegar tan tarde que no tuviéramos hoteles disponibles. Menuda entrada a Piatra Neamt que nos pegamos, solo atentas a cada hotel-pensión o casucha en la que pusiera “pensionure”(o como se diga) y anotando mentalmente su ubicación “por si acaso.”
Tuvimos suerte en ese aspecto ya que justo enfrente de la estación había un hotelillo con muy buena pinta, El Lido si mal no recuerdo. Al entrar nos dicen: solo queda disponible una habitación (la cara, claro). Como era un precio mas que razonable (90lei/doble) decidimos quedarnos. Y cual es nuestra sorpresa cuando, después de tres infernales pisos maleta en mano, nos meten en una habitación tipo suite alucinante. Fiel a la costumbre rumana, todas las ventanas de par en par, para que se airee bien. Y claro, Piatra Neamt no se caracteriza por su clima cálido que digamos, así que la habitación pese a ser muy mona estaba helada.
Aun así, dejamos las cosas y nos fuimos a buscar algún sitio para cenar. A esas horas estaba todo cerrado y solo encontramos un self service que no estaba muy bueno tampoco que digamos pero si lo suficiente como para calentar nuestros cuerpos. Nada mas cenar al hotel, ducha revitalizante (sobre todo a la salida, jeje) y a la cama.

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