jueves, 14 de julio de 2011

Día 14. Primeros contactos con Estambul. Los "imprescindibles"

El desayuno del hotel es estupendo y variado, pena que mi estomago todavía no esté para muchos trotes…
Empezamos nuestra visita cultural con el Palacio de Topkapi, palacio otomano del siglo XV en perfecto estado de conservación y que ahora funciona como museo del Tesoro Real principalmente (y que incluso tiene reliquias de Mahoma).









Todo estaba lleno de turistas y grupos organizados (buenas risas nos echamos con un guía japonés que llevaba una varita con la que parecía Sailor Moon) así que la tranquilidad solo la encontramos en el mirador del Bósforo mientras comíamos unos ricos dulces turcos.

Como el calor era bastante soporífero y la visita fue larga, nos dimos el lujo de tomarnos un refresco en la cafetería de la salida del museo (menuda limonada rica).
Salimos hacia Santa Sofia, pero había una fila impresionante. Mientras decidimos si irnos y volver mas tarde o coger una visita guiada que nos ofrecen para ahorrarnos la fila (opción que yo descartaba desde un principio) se nos acerca un guia que nos ofrece la excursión del Bósforo para por la tarde y en español (y además estábamos casi seguras de que era el mismo chico que nos la había hecho 8 años atrás). Decidimos irnos a la Mezquita Azul y volver mas tarde a Santa Sofía. Problema, que llegamos a la hora de oración por lo cual nos toca esperar a que terminen lo que se demora hasta casi las 2.

Pero claro, la espera, había provocado que se acumularan los turistas a cientos lo que resto encanto a la mezquita (aparte de la falta de respeto de muchas turistas que se quitaban el pañuelo, se metían por sitios donde no estaba permitido…). Así que, esa espiritualidad que tanto nos había gustado la otra vez, quedó eclipsada por el exceso de población. Por otro lado la mezquita seguía siendo tan bonita como la otra vez.
Al acabar ya teníamos hambre (yo aun no mucha) así que nos fuimos por la zona a comer algo. Un restaurante carillo, pero delicioso.
Nos vamos ya hacia Santa Sofía, donde ya no hay fila (¡que suerte!).
Y, todo lo que me había desilusionado la Mezquita Azul, me gustó Santa Sofía. La otra vez que la habíamos visto estaba medio a oscuras y no pudimos apreciarla lo mas mínimo.


Pero esta vez estaba preciosa y bastante arreglada. Estuvimos bastante tiempo paseando por dentro y luego nos fuimos a la Basílica-Cisterna que no nos había dado tiempo de ver la otra vez. Y…que lugar mas onírico…que frescor, que encanto… Tiene una iluminación muy conseguida y el efecto que provoca sobre las tranquilas aguas es algo precioso.
Nos da tiempo justo de salir, tomarnos uno de los famosos dondurma-helado e ir a buscar al chico de la excursión del Bósforo.
Y no se si todos los vendedores de helado turco son tan “cachondos”, pero este se lucio, dándonos un espectáculo de “malabares” antes de darnos el ansioso heladillo, jeje.
Cogemos un tranvía para llegar al puerto y allí cogemos el barco que nos va a llevar a hacer la excursión.
La excursión es bastante maja y vemos bastantes cosas, como la Mezquita de Ortakoy, el palacio de Dolmabahçe y varias casas y hoteles de lujo. Como ya es tarde hace algo mas de fresco así que por fin podemos respirar y dejar de sudar por un rato, ufff.

Llegamos hasta el segundo puente y damos la vuelta (es la excursión corta). A la vuelta nos paran un rato en el lado asiático, en el barrio de Beyberbelí. Momento que aprovechamos para ir a visitar la mezquita, esta vez sin turistas latosos.


Nos llama la atención de que, por lo que hemos visto hasta el momento, Estambul esta lleno de parques infantiles y gimnasios urbanos.

Llegamos al puerto cuando ya a anochecido y aprovechamos que estamos cerca para visitar la mezquita Nueva (LaYeni). Al ser de noche y estar solo iluminada por bombillas tiene un encanto especial.

Como no tenemos mucha hambre, nos compramos unos maíces que nos tomamos en un parque cercano y unas cerecitas que devoramos en el hotel, ñam ñam. Cerezas ricas.

1 comentario:

  1. Sailor Moon... qué grande :D. Santa Sofía me emocionó. Y "La Yeni" de noche me encantó, tan acogedora... Bueno, como todas las mezquitas en realidad. Pero eso de ir de noche a un templo tenía un encanto especial.

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